La mayoría de los ecuatorianos -los más pobres- viven dispersos en el campo, o en los cinturones de miseria de las ciudades. Para ellos el medio privilegiado, probablemente único, de comunicación es la Radio y para ellos -igual que para todos los ecuatorianos-, el Episcopado creó Radio Católica Nacional, portadora del mensaje de esperanza y justicia que brota del Evangelio.